lunes, 10 de junio de 2013

Los peligros ocultos de los "aceites vegetales"

Los peligros ocultos de los "aceites vegetales"

Por más saludable que suene la palabra “vegetal” en las etiquetas, muchas veces esconde tipos de grasas que amenazan la salud.

Un poco de lógica: cuando un producto lleva un ingrediente sano, se va a encargar de hacérselo saber a todos. Por ello, ahora se advierte a los consumidores de las papas de bolsa o papas fritas que cuando lean las palabras “aceite vegetal” no se confíen.

En este caso “vegetal” no necesariamente es sano. Si se tratase de aceite de oliva, el envoltorio lo especificaría, ya que este aceite es un tipo de grasa que “protege las arterias por su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados”, como afirma el diario español. Sin embargo, “vegetal” muchas veces se refiere a aceite de palma, coco o los ácidos grasos “trans”, que son de origen vegetal.

Estos últimos, cuando uno los consume en alto nivel, producen colesterol, obesidad, problemas en el metabolismo y hasta cáncer.?La legislaciones latinas en general no obligan a especificar en las etiquetas qué tipo de grasa se ha usado y por ello estos aceites con grasas saturadas se esconden bajo la etiqueta “aceite vegetal”.

Pero lo más peligroso, como afirma el doctor Pedro Mata, director de la Unidad de Lípidos de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, son las grasas trans. Inicialmente, estas se encuentran en los productos de origen animal, pero el proceso por el que pasan los aceites vegetales para producir lípidos más baratos hacen que se desarrollen en grasas trans, muy baratas para la industria, pero muy dañinas para el corazón.


No solo basta entonces con leer las etiquetas, porque quizá no especifiquen detalles que sería importantes que los consumidores sepan, sino tener en cuenta que existen este tipo de grasas y evitarlas.

Guerra a las 'trans'

Según los especialistas, el total de grasa en la alimentación debe ser inferior al 30% de las calorías consumidas y, de ellas, la mayor parte debe ingerirse en forma de ácidos grasos insaturados, precisamente los que le han otorgado el calificativo de saludable al aceite vegetal. Estas grasas pueden dividirse en dos tipos: poliinsaturadas y monoinsaturadas. Ni las primeras –contenidas abundantemente en el aceite de girasol– ni las últimas –el mejor ejemplo es el aceite de oliva– elevan significativamente los niveles de colesterol en sangre, por lo que se consideran beneficiosas para el organismo. Sin embargo, muchos expertos coinciden en señalar a una de ellas como especialmente saludable.

Estas diferencias tan significativas en el perfil saludable de las diferentes grasas han llevado a distintos organismos a reclamar en numerosas ocasiones una regulación específica.

Los últimos en hacerlo han sido un nutrido grupo de médicos británicos, quienes han solicitado a las autoridades del país "una prohibición total" de las grasas trans, lo que, según sus palabras, "ayudaría a salvar muchas vidas". La Sociedad Española de Cardiología ya hizo pública la misma reivindicación hace un par de años. "Y todavía seguimos luchando", afirma Leandro Plaza, presidente de la Fundación Española del Corazón.

Las trans aparecieron hace décadas para intentar mejorar el perfil de las grasas de origen animal, pero al final resultaron ser peores que esas grasas saturadas. La industria tendrá, por tanto, que buscar ahora otra alternativa más saludable para el consumidor y cambiar su forma de fabricación.


Pedidos o consultas a:
mejora-tuvida-hoy@hotmail.com

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