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lunes, 12 de octubre de 2015

Cómo alimentarse frente a la exigencia física

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Cómo alimentarse frente a la exigencia física



Alimentación en el ejercicio físico

Las necesidades nutricionales y alimenticias del deportista son casi idénticas a las de las personas sedentarias. Necesitan carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas, minerales y agua en cantidades determinadas por la edad, estructura corporal y nivel de actividad. Estos requerimientos pueden satisfacerse suficientemente con una dieta básica y equilibrada y no mediante comidas mágicas, dietas maravillosas o suplementos dietéticos que pueden resultar, incluso, perjudiciales.

Es cierto que, cuantitativamente, los deportistas pueden tener unas mayores necesidades nutricionales que los sedentarios. Quienes se ejercitan regularmente imponen grandes demandas a sus reservas corporales de fluidos y energía y, para asegurar un rendimiento óptimo, deben incrementar su dieta ordinaria con el fin de mantener estas reservas. La mayoría de los deportistas de alto nivel son conscientes de la importancia que tiene la nutrición y por ello buscan consejo profesional, mientras que los deportistas de ocio normalmente no tienen acceso a este lujo; aun cuando éstos pueden tener un especial interés -especialmente en lo que afecta a sus rendimientos deportivos- , es difícil dar sentido a todo el material que abrumadoramente les llega en cascada a través de las pantallas de televisión, páginas de revistas y estanterías de los supermercados.

Consejos Nutricionales

• Comer alimentos variados para obtener energía, proteínas, vitaminas, minerales y fibras necesarias para una buena salud.

• Mantener un peso adecuado para reducir la posibilidad de hipertensión arterial, enfermedad cardíaca, accidente cerebro vascular, ciertos cánceres y el tipo más común de diabetes.

• Seguir una dieta baja en grasas, grasas saturadas y colesterol para reducir el riesgo de ataques cardíacos y ciertos tipos de cánceres; y debido a que las grasas contienen el doble de calorías que la misma cantidad de hidratos de carbono o proteínas, una dieta baja en grasas ayudará a mantener un peso saludable.

• Comer gran cantidad de vegetales, frutas y cereales, los cuales satisfacen las necesidades de vitaminas, minerales, fibra e hidratos de carbono complejos y favorecen la disminución de la ingesta de grasas.

• Consumir azúcares con moderación. Una dieta con mucho azúcar contiene demasiadas calorías y escasos nutrientes para la mayor parte de las personas y contribuye al deterioro de la dentadura.

• Consumir sal y sodio con moderación para disminuir el riesgo de presión arterial elevada.

• Consumir bebidas alcohólicas sólo con moderación. Las bebidas alcohólicas proporcionan calorías, pero pocos o ningún nutriente. El consumo de alcohol es también causa de muchos problemas para la salud y accidentes, además de que puede conducir a una adicción.

Programa de perdida de peso

La reducción de peso está recomendada médicamente por razones de salud. Es sobradamente conocido que la obesidad se asocia a múltiples problemas sanitarios como sobrecarga del corazón, hipertensión arterial o diabetes.

En resumen, un programa deseable de pérdida de peso debe:

• proporcionar una ingesta calórica de, al menos, 1.200 kilocalorías por día para adultos sanos, en orden de satisfacer sus requerimientos nutricionales básicos.

• incluir comidas aceptables según los antecedentes socioculturales, hábitos, sabor, coste y facilidad de preparación y adquisición.

• proporcionar un balance calórico negativo (pero no mayor de 500 a 1.000 kilocalorías por día inferior a la ingesta normal recomendada) resultando en una pérdida de peso gradual sin alteraciones metabólicas. La pérdida de peso máxima será de 1 kilo por semana.

• incluir técnicas de modificación de conducta para identificar y eliminar hábitos dietéticos que soporten la nutrición inadecuada.

incluir un programa de ejercicios de resistencia de, al menos, 3 días por semana, de 20 a 30 minutos por sesión, a un mínimo de 60% del latido cardiaco máximo.

• proporcionar nuevos hábitos de comida y actividad física que puedan continuarse de por vida para mantener la pérdida de peso lograda.

Para Ganar Peso

Para los deportistas que desean ganar peso para mejorar su rendimiento, o simplemente para cambiar su aspecto exterior ( no deben intentarse ganancias superiores a ½ kilogramo por semana), la nutrióloga deportiva y autora Nancy Clark ofrece estas normas prácticas:

• Comer sin variación. Hacer cada día 3 comidas abundantes además de 1 o 2 tentempiés. No omitir ninguna comida.

• Comer raciones superiores a las habituales. En lugar de un sandwich para comer, tomar dos. Ingerir un vaso de leche mayor, un bol de cereales más grande, o una pieza de fruta de mayor tamaño.

• Seleccionar comidas de alto contenido calórico. Informarse de los niveles calóricos de los alimentos para determinar cuales son los que tienen más calorías. Por ejemplo, 225 gramos de zumo de arándanos- manzana tienen más calorías (170) que 225 gramos de zumo de naranja (110); una taza de crema de guisantes tiene más calorías (130) que una crema de verduras (80).

• Beber mucho zumo y leche. Las bebidas son un modo sencillo de incrementar la ingesta calórica. En lugar de beber agua, apagar la sed con líquidos portadores de calorías. Un jugador de fútbol universitario ganará 6 kilos durante el invierno simplemente añadiendo 6 vasos de zumo de arándanos y manzanas (cerca de 1.000 kilocalorías) a su dieta cotidiana estándar.

• Hacer ejercicios de resistencia. El levantamiento de pesos libres y con máquinas tipo Nautilius estimula el desarrollo muscular, de tal modo que el deportista aumentará de peso pero no engordará. Los deportistas que realizan este tipo de actividades deben recordar que el ejercicio vigoroso tiende a estimular el apetito, por lo que comerán más y, por este motivo, subirán de peso.

Ejercicio extra, y no proteína extra, es la clave para incrementar el desarrollo muscular. Las bebidas proteicas caras son efectivas tan sólo porque contienen calorías adicionales. Éstas pueden obtenerse de modo mucho más barato simplemente substituyéndolas por alimentos convencionales de alto contenido calórico.

Nutrición deportiva Básica

Comer bien ayuda a todo el mundo a mejorar la salud, resistencia y energía. La buena nutrición es especialmente importante para los deportistas que desean optimizar sus rendimientos; esto es aplicable no sólo a los deportistas profesionales y de élite, sino también a los deportistas de ocio.

Incluso con una correcta combinación de genética, preparación física y entrenamiento, los deportistas mal alimentados son incapaces de desarrollar por completo su potencial, tanto si es para acabar el quinto set de un partido de tenis un fin de semana, como para correr 5 millas durante la hora de la comida, o hacer una clase de aerobic después del trabajo.

Los deportistas, tanto en deportes de intensidades cortas como en deportes de resistencia, obtienen mejores rendimientos con una dieta rica en carbohidratos y baja en proteínas.

Una dieta equilibrada basada en carbohidratos (entre 55 y 65% de la ingesta calórica diaria) incluyendo carne u otro alimento rico en proteínas como “suplemento” (10-15 %), y grasa para las calorías restantes (alrededor de 25-30 %) es apropiada para todos los deportistas. Esta dieta debe incluir alimentos de todos los grupos principales (al menos de 6-11 raciones de pan, cereales arroces y pastas; 3-5 raciones de verduras; 2-4 raciones de fruta; 2-3 raciones de carne, aves, pescado, judías secas, huevos y el grupo de frutos secos; y 2-3 raciones de leche, yogur y el grupo de los quesos), que son altos en nutrientes y fáciles de digerir.

Los hidratos de carbono son la fuente más importante de energía durante la actividad física intensa. 

Los carbohidratos se presentan en dos formas: simples y complejos. Los simples se encuentran en las frutas, zumos, leche, yogures y dulces, mientras que los complejos se encuentran en los granos completos, verduras, pastas, arroz y pan. El cuerpo metaboliza ambas formas en glucosa para las necesidades energéticas inmediatas. Los excesos de glucosa se almacenan como glucógeno fundamentalmente en los músculos y, en un grado menor, en el hígado, para carburante del ejercicio. 

A pesar de ser los nutrientes más importantes, son los que menos se almacenan en el cuerpo. Tras 2 horas de ejercicio u 8 horas de paso rápido se pueden vaciar significativamente sus almacenamientos. 
En los deportistas, este vaciamiento puede ocasionar fatiga y descenso del rendimiento.

Los nutricionistas del deporte generalmente recomiendan una ingesta de hidratos de carbono de unos 6-8 gramos por kilo de peso corporal y día, o un mínimo de 500 gramos por día, especialmente para deportistas de resistencia. Por ejemplo, un deportista de 80 kilos puede necesitar alrededor de 600 gramos de hidratos de carbono por día (2.400 calorías). Esto significa comer una gran cantidad de pastas y verduras: una patata cocida proporciona 21 gramos, una manzana alrededor de 18, y un bol de cereales cerca de 20 gramos de carbohidratos.

Además, para seguir una dieta rica en hidratos de carbono como parte del régimen de salud, consumir carbohidratos después del entrenamiento maximiza la recuperación.

Las proteínas son necesarias para construir y reparar los músculos, ligamentos, tendones y otros tejidos. No se utiliza como fuente especial de energía. Menos del 10% de la energía utilizada durante el entrenamiento deriva del metabolismo proteico. Los deportistas necesitan solamente entre 1 y 2 gramos de proteínas por kilo de peso corporal al día. Sólo una cantidad limitada de proteínas es necesaria para la reconstrucción tisular. Su exceso se convierte en grasa.

Si la ingestión total de hidratos de carbono es insuficiente, el cuerpo utiliza las proteínas para producir energía. En tales casos el cuerpo comenzará a perder masa muscular.

Una pequeña ración de alimentos ricos en proteínas en cada comida es suficiente para mantener una actividad deportiva vigorosa y cumplir con los requerimientos corporales básicos. Los suplementos proteicos no son necesarios para los deportistas que satisfacen sus necesidades calóricas diarias.

La grasa es la fuente de energía más concentrada de los nutrientes diarios. Se clasifican en saturadas y no saturadas (poliinsaturadas y monoinsaturadas ). Los ácidos grasos saturados (grasa de la carne de vaca, cerdo, cordero y aves, productos lácteos, aceite de coco, de palma hidrogenado y chocolate) tienden a aumentar los niveles de colesterol en la sangre. Las grasas saturadas deben representar no más del 10% de la ingesta calórica diaria. Las grasas poliinsaturadas derivan principalmente de los aceites vegetales (trigo, semilla de algodón, ártamo, soja y girasol) y de los aceites de pescado. Las grasas monoinsaturadas se encuentran en el aguacate, y en los aceites de oliva, cacahuete y frutos secos.

La mayoría de los occidentales tiene grasa suficiente y sólo necesitan consumir cantidades mínimas. 

Una persona promedio tiene energía en forma de grasa suficiente como para corre 1.500 kilómetros. 

Además de proveer energía, la grasa proporciona aislamiento y protección contra los impactos, transporta ciertas vitaminas y proporciona ácidos grasos esenciales. La grasa de la dieta debe representar del 10 al 30% de la ingesta calórica diaria, lo cual significa una reducción en la dieta típica occidental.

Consumir una cantidad insuficiente de grasas crea otros problemas para el deportista, en particular la inadecuada ingesta calórica. Es apropiada una cierta cantidad de grasa en cada comida, pero evitando excesivas cantidades de fritos, comidas grasientas, aceitosa o con mantequillas, las cuales llenarán el estómago pero dejarán a los músculos sin carburante.

Las vitaminas y minerales son importantes para muchas reacciones metabólicas, pero no proporcionan energía. Es un error muy difundido entre los deportistas que los suplementos vitamínicos mejorarán los rendimientos deportivos.

Muchos de ellos consumen grandes cantidades de suplementaciones vitamínico-minerales en la creencia de que estas dosis mejorarán su rendimiento; sin embargo, la ciencia médica no ofrece evidencia alguna de que éste mejore con el consumo de tales suplementos. El hombre o mujer sanos no requieren suplementos vitamínico-minerales en tanto que estén digiriendo una dieta variada.

Los estudios más recientes revelan que, debido a los cambios de los hábitos dietéticos de la población (el incremento del consumo de comidas procesadas y “comidas rápidas”), puede haber mucha gente cuya ingesta vitamínico-mineral sea insuficiente. Sin embargo, se insta a estos individuos a mejorar su dieta en lugar de recurrir a suplementos.

Cuando los deportistas utilizan suplementos nunca deben exceder del 150% de la dosis diaria recomendada. Aun cuando la mayor parte de los nutricionistas aseveran que no se producirá ningún daño por tomar ciertas cantidades, también establecen que no existen evidencias de que seta práctica sea beneficiosa.

Los estudios establecen que los suplementos contienen de 2 a 10 veces la dosis diaria recomendada de cualquier vitamina y deben ser tomadas exclusivamente bajo supervisión médica en los casos de que un individuo tenga una enfermedad específica para que se prescriban vitaminas.

Consumir grandes dosis de vitaminas, una táctica popular en aumento entre los deportistas, es costoso y genera falsas expectativas. Una de las mayores preocupaciones de los profesionales médicos es la evidencia de que el consumo masivo de vitaminas y minerales puede ser tóxico y/o interferir en la delicada relación metabólica entre los nutrientes vitales. En resumen: los suplementos de vitaminas o minerales no mejoran el rendimiento de los deportistas bien nutridos.

Los fluidos necesitan ser destacados como una parte de la dieta saludable, especialmente para los deportistas. La hidratación adecuada es la ayuda que más frecuentemente se ignora para el rendimiento deportivo. Los fluidos son necesarios para regular la temperatura corporal y prevenir el sobrecalentamiento. Por ejemplo, si un deportista pierde 1,5-2 kilos durante la práctica deportiva o el entrenamiento, tendrá menor capacidad para reducir la temperatura corporal. Este desequilibrio en la regulación de la temperatura recorta drásticamente el rendimiento y puede causar problemas médicos.

 Los líquidos también transportan energía, vitaminas y minerales a través del sistema circulatorio y son necesarios para todas las funciones orgánicas. 

Todo el mundo debe beber entre 6 y 8 vasos de agua diariamente, o hasta que la orina sea de un color claro.

 Los deportistas también deben beber cantidades copiosas de fluidos antes, durante y después del ejercicio.

 La micción frecuentemente es un signo positivo de que se ha consumido líquido suficiente. 

Una forma simple de determinar cuánto líquido ha de beberse es comprobar el peso antes o después del entrenamiento o competición; el peso perdido corresponde, casi por completo, a los fluidos y debe de ser reemplazado en consecuencia (0,5 kilogramos de pérdida de sudor = 2 vasos de líquido). Beber más líquido que menos puede ayudar a prevenir las deshidrataciones y el sobrecalentamiento.

 Los fluidos incluyen agua, zumos, o bebidas para el deporte

Para los deportistas ocasionales, el agua es suficiente como fluido de reemplazamiento.

Si el ejercicio dura más de 30 minutos (especialmente en alta temperatura o humedad), el participante debe beber un vaso de agua fría cada 15-20 minutos. 

Los deportistas no deben esperar a beber hasta que tengan sed, ya que esta sensación aparece posteriormente a las necesidades reales.

Para actividades de resistencia que duran más de 2 horas, el rendimiento deportivo no sólo depende del balance hídrico, sino también de los niveles de glucosa en sangre. Para estos casos, muchas bebidas deportivas proporcionan agua y un suplemento de pequeñas cantidades de azúcar y sodio. 

Estudios actuales sugieren que los deportistas de deportes de resistencia se benefician cuando consumen esta clase de bebidas comparadas con agua sola. Muchos tipos de azúcar se hallan contenidos en las bebidas de suplementación. Todas tienen propiedades similares excepto la fructosa, la cual puede impedir la absorción del agua e irritar el estómago cuando se utiliza como la principal fuente de energía.

Algunas bebidas deportivas utilizan polímeros de glucosa para aumentar su contenido de azúcar sin afectar la absorción del agua. Éstas ofrecen cerca del 20% de azúcar en su solución, proporcionando un aumento significativo de este nutriente lo cual puede ser muy beneficioso durante los eventos de ultra-duración en los que los depósitos de glucógeno muscular y hepático se vacían.

Después del ejercicio, la rehidratación se produce con mayor rapidez cuando el líquido que se ingiere contiene pequeñas cantidades de sodio. Las bebidas para el deporte proporcionan una pequeña cantidad de este mineral con este propósito.

Tiempos de comida

El alto rendimiento sólo es posible manteniendo los almacenamientos adecuados de carbohidratos, lo cual se consigue comiendo siempre de manera adecuada. Sin embargo, conseguir estos depósitos exige planificar la ingesta de inmediatamente antes y después del ejercicio y, en ocasiones, durante la propia actividad.

Como ya he indicado, la dieta del deportista debe incluir 6-8 gramos de hidratos de carbono por kilo de peso corporal por día, o un mínimo de 500 gramos. El organismo los convierte en glucosa circulante y en glucógeno. Esta última es la forma en la que los carbohidratos se almacenan en cantidades limitadas en los músculos e hígado. Durante el ejercicio, el organismo hace uso, como carburante, de estos depósitos; si el ejercicio lo exige, las reservas totales de glucógeno pueden ser utilizadas durante 2 horas. Si no se restablecen suficientemente, el resultado será la aparición de fatiga precoz. La clave para aumentar el rendimiento en las actividades de resistencia a través de la nutrición es comenzarlas con los máximos niveles de glucógeno en los músculos, con lo cual los deportistas rinden a un ritmo mayor y durante periodos más prolongados.

Además de la ingesta diaria de carbohidratos, puede incorporarse al régimen de entrenamiento una técnica de “sobrecarga de hidratos de carbono” cuando se preparan competiciones que requieran una resistencia superior a los 90 minutos -maratón, torneos de tenis/squash/frontón o triatlón, por ejemplo. Muchos deportistas de fondo utilizan estas técnicas antes de la competición.

El método tradicional, desarrollado primeramente por investigadores escandinavos hace alrededor de 25 años, consiste en el vaciamiento completo de los depósitos de glucógeno a través del ejercicio una semana antes de una competición importante, y reducir drásticamente la ingesta de carbohidratos en los días siguientes; tres días antes de la competición, el deportista reducirá o cesará el entrenamiento, incrementando a su vez la ingesta de hidratos de carbono hasta el punto de constituir hasta el 90% de la ingesta calórica. La deprivación de glucógeno en los músculos hace que en ellos se absorban los carbohidratos de una manera extremadamente concentrada, lo que aumenta el rendimiento. Desgraciadamente, hay numerosos efectos secundarios indeseables asociados a la fase de vaciamiento en el régimen tradicional de “sobrecarga de hidratos de carbono”, incluyendo vértigos, molestias musculares, irritabilidad y fatiga.

Una técnica de sobrecarga de hidratos de carbono mejorada elimina muchos de los problemas asociados con el método tradicional y es más apropiada para el deportista de ocio. En ésta, el deportista ingiere una dieta mixta normal (con cerca del 50% de calorías derivadas de los hidratos) en lugar de tomar menos carbohidratos, y se reduce el entrenamiento durante este periodo. A continuación, los 3 días previos a al competición, el deportista sigue una dieta alta en carbohidratos (70% de calorías totales) y descansa el día inmediatamente anterior. Esta actualización de la técnica de sobrecarga de hidratos de carbono crea los mismos depósitos de glucógeno que los que se consiguen con el método tradicional.

El consumo de hidratos de carbono debe incrementarse desde la cantidad normal de 350 gramos hasta los 550-600 gramos. Un consumo que exceda de los 600 gramos no proporcionará concentraciones mayores de glucógeno muscular; y este exceso, probablemente se convertirá en grasa.

Los hidratos de carbono deberán ser complejos, ya que proporcionan más concentración de glucógeno que los hidratos de carbono simples como, por ejemplo, los caramelos. Cuando la mayor parte de los deportistas piensa en carbohidratos, automáticamente los asocia con pastas, cereales o granos, sin darse cuenta de que se encuentran concentrados en las frutas y son los nutrientes principales de la mayoría de las verduras.

Dieta y líquidos en el período precompetitivo: la ingesta de alimentos y líquidos en este período debe hacer que disminuyan las molestias del hambre, aseguran una adecuada hidratación (igual a la previsión de pérdida de líquidos), conseguir el vaciamiento rápido del tracto gastrointestinal y, dentro de lo posible, satisfacer las preferencias personales.

Los deportistas deben ingerir una comida ligera entre 3 y 6 horas antes del ejercicio vigoroso. 

Esta comida debe proporcionar entre 75 y 150 gramos de hidratos de carbono para suplementar los almacenamientos de glucógeno. Como las proteínas son virtualmente inútiles como fuente de energía inmediata y contribuyen a la deshidratación porque estimulan la formación de orina, deben representar una parte muy pequeña de la ingesta precompetitiva. Por ejemplo, si está compuesta de pasta, la salsa debe contener un poco de carne; si es un sandwich, las rebanadas de pan deben ser gruesas y la cantidad de carne (preferentemente pavo o pollo) pequeña. También debe ser baja en grasas, debido a que éstas alargan el proceso de la digestión. Las grasas enlentecen el vaciamiento del estómago y del tracto gastrointestinal superior y pueden dificultar la respiración y la circulación y, eventualmente, producir náuseas y vómitos.

Los deportistas deben elegir alimentos que les sean familiares y de fácil digestibilidad.

Las comidas líquidas son las más convenientes por su rápida absorción, pero deben probarse durante un entrenamiento y nunca antes de una competición importante.

La comida precompetitiva necesita estar planificada para que el estómago esté vacío en el momento de comenzar el ejercicio a fin de que el deportista no sufra náuseas o problemas gastrointestinales. 

Cuanto mayor sea el contenido calórico de la ingesta, mayor tiempo se tardará en digerirla.

El deportista debe seguir estas recomendaciones para la comida durante la precompetición:

para digerir una comida grande se necesitan de 4 a 6 horas.
• de 2 a 3 horas para una comida más pequeña (menos de 500 calorías).
• 1 ó 2 horas para una comida líquida o semilíquida.
• Menos de 1 hora para un liguero tentempié (una pieza de fruta, un pequeño bol de cereales).


Algunas veces, está recomendaciones no son tan fáciles de seguir. Por ejemplo, muchas competiciones de resistencia comienzan a primeras horas de la mañana. ¿Debe el deportista que espera correr un maratón que comienza a las 10 de la mañana levantarse a las 6 para consumir 3 ó 4 patatas hervidas?. Y ¿qué ocurre con el ávido tenista que tiene programado un partido el sábado a primera hora de la mañana? Para deportistas que deseen ejercitarse vigorosamente por la mañana pero no desean levantarse muy pronto e ingerir una comida abundante, la mejor elección es una buena ingesta, rica en carbohidratos, relativamente tarde la noche anterior y un desayuno pequeño 2 horas antes de la competición.






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miércoles, 7 de enero de 2015

¿Cómo debe ser la alimentación de un deportista?

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¿Cómo debe ser la alimentación de un deportista?

Alimentación para deportistas

La dieta ha de ser equilibrada y ajustada a las necesidades de cada deportista, al tipo y duración del ejercicio, al momento (entrenamiento o competición) y a las condiciones en las que se realiza.

¿Cómo cubrir las necesidades nutritivas?

Hidratos de carbono. Son los que mayor presencia deben tener en la dieta del deportista. Nuestro cuerpo los acumula en forma de glucógeno en el músculo y en el hígado. Las reservas son limitadas; se agotan hora y media o dos horas después de comenzar el ejercicio intenso, de ahí que la dieta deba aportar cantidad suficiente de carbohidratos para restituir las pérdidas y evitar la fatiga temprana.

Son fuente de carbohidratos: cereales (pan, arroz, pastas, cereales de desayuno, galletas, etc.), legumbres, patatas, frutas, lácteos azucarados, bebidas para deportistas y dulces.

En ocasiones se recurre a medidas que incrementan las reservas de glucógeno, conocidas como "sobre compensación" o "sobrecarga de carbohidratos". Para conseguirlo, inicialmente se instaura una dieta pobre en carbohidratos junto con un entrenamiento fuerte, lo que reduce al mínimo las reservas de glucógeno. 

A continuación y durante tres días, se aplica una dieta de alto contenido de carbohidratos con un entrenamiento ligero y por último, se aconseja una ingesta elevada de carbohidratos en el día de la competición.

Grasas. Conforme se van agotando las reservas de glucógeno, el organismo las emplea como principal combustible energético en pruebas deportivas de larga duración. 

Las cantidades que debe aportar la dieta de estos nutrientes, en periodo de entrenamiento, son las que se recomiendan a la población general, con un predominio de las grasas insaturadas (aceites, frutos secos o pescado azul) sobre las grasas saturadas (lácteos completos, nata, mantequilla, carnes grasas y derivados, vísceras y repostería industrial).

Proteínas. Las necesidades proteicas de los deportistas son ligeramente superiores a las de las personas sedentarias, debido a un mayor desgaste, a una mayor masa muscular y a la utilización de parte de la mismas como combustible energético. 

Los alimentos proteicos que se incluyen en la alimentación diaria son suficientes para cubrir estas necesidades sin necesidad de recurrir a suplementos que acarrean problemas de salud (desmineralización, sobrecarga renal…).

Vitaminas y minerales. Si la dieta es equilibrada, variada y adecuada, incluye cantidad suficiente de vitaminas y minerales. Sólo se pautarán suplementos en casos específicos y de mano de un profesional.

La hidratación. Con la práctica de ejercicio físico aumenta la sudoración para equilibrar la temperatura corporal y se pierden agua y electrolitos. 

Si el organismo está hidratado, el rendimiento, la velocidad y la resistencia física no se verán afectados, ni habrá riesgo de hipertermia (temperatura corporal mayor de 39º centígrados). 

Las necesidades de líquidos dependen de la duración e intensidad del ejercicio y de las condiciones climáticas (temperatura y humedad). Lo adecuado es aportar bebidas a una temperatura de entre 9-15ºC, beber líquidos (bebidas isotónicas o agua de mineralización débil) media hora antes, durante y al acabar el ejercicio.

Tipos de dietas

Entrenamiento

Resulta fundamental respetar cada día el número de comidas, su composición y los horarios. 

Se recomienda distribuir la alimentación en cinco tomas: desayuno, comida y cena y un almuerzo o merienda al menos una hora antes del entrenamiento.

 La comida fuerte previa al entrenamiento deberá realizarse al menos 3 horas antes del mismo. La dieta diaria puede incluir: 250 gramos de pan integral, un litro de lácteos bajos en grasa, 130 gramos de carne ó 150 gramos pescado ó 2 huevos, 350 gramos de fruta fresca y 250 mililitros en zumo y 50 gramos de fruta seca, 200 gramos de pasta o arroz (cocido) ó 200 gramos de patata, aceite de oliva y otras grasas como la margarina o mantequilla, 30 gramos de miel o azúcar y 40 gramos de frutos secos.

Competición

La dieta de competición abarca los tres días previos y el día de la competición. Los días previos el deportista tiene mayor motilidad gastrointestinal debido al estrés que le supone competir, lo que se asocia a diarrea. Conviene que durante esos días la comida sea rica en carbohidratos y pobre en grasas y fibra, para mejorar su tolerancia, reducir la diarrea y la mala absorción de nutrientes. La comida deberá realizarse 3 horas antes de la prueba para asegurar un adecuado vaciado gástrico, optimizar las reservas de glucógeno y conseguir unos niveles de glucosa en sangre normalizados. Recomendaciones generales:

Incluir una buena ración de arroz o pasta y evitar la legumbre y las ensaladas en la comida previa a la prueba. 

Disminuir el aporte proteico para facilitar la digestión. Preferir el pescado blanco a la carne y acompañarlo de patatas al vapor o al horno. 

Sustituir el pan integral por pan blanco. 

Incluir como postre yogur natural, tomar zumos en lugar de fruta fresca. 

Asegurar un adecuado aporte de líquidos. 

Una hora antes de la competición, conviene ingerir bebidas isotónicas, pan o galletas. 

Durante la competición, sólo se debe aportar alimentos en los deportes de larga duración (carreras, ciclismo, etc.).

Dieta de recuperación

Destinada a recuperar las reservas de glucógeno. 

Se han de tomar alimentos y líquidos en los 15 primeros minutos tras la prueba, momento en el que el organismo asimila con mayor rapidez los nutrientes ingeridos, sobre todo los carbohidratos. Dicha toma debe aportar entre 0,7 gramos y un gramo de carbohidratos por kilo de peso. Por ejemplo: 500 mililitros de bebida isotónica, 2 barritas energéticas de 35 gramos y un plátano o 300 mililitros de zumo de naranja, 300 gramos de compota de fruta y 40 gramos de galletas. Después, cada 2 horas, se aconseja tomar unos 50 gramos de carbohidratos (125 mililitros de zumo, 30 gramos de galletas y una fruta).

En ocasiones será preciso recurrir, bajo el control de un especialista, a suplementos de aminoácidos y antioxidantes -que aceleran la recuperación muscular- especialmente si se practican deportes de mucho desgaste (maratón, triatlón, ciclismo, etc.).

Coste energético

Deportes de fuerza (levantadores de pesas, lanzadores en atletismo, etc).

Un circuito de fuerza y resistencia de 2 horas tiene un coste energético de cerca de 1.000 calorías.

Deportes de resistencia (maratón, ciclismo, triatlón…). 

Se requiere de un gran volumen de entrenamiento semanal. 

En una maratón se puede llegar a consumir 2.800 calorías, en una etapa ciclista de 5 horas unas 4.800 y en una marcha montañera de 6 horas, en torno a 2.100 calorías.


Deportes de equipo (fútbol, baloncesto…)

En un partido de fútbol se pueden llegar a consumir hasta 1.800 calorías, ya que exige resistencia y velocidad.





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viernes, 4 de julio de 2014

¿Cómo debe hidratarse el deportista?

¿Cómo debe hidratarse el deportista?

Consejos sobre Hidratación

- Antes de salir a correr debes beber, al menos, dos vasos de agua. No es necesario que la bebas de seguido, mejor incluso a pequeños sorbos.

- Cuando vuelvas hay que recuperar las pérdidas, toma la bebida isotónica o agua en cantidad suficiente, al menos medio litro y mejor si está fresca pues se asimila más rápidamente.

- A veces es necesario beber durante el entrenamiento. No esperes a tener sed, ya que el ejercicio retrasa la sensación y puedes haber perdido un exceso de agua y electrolitos para cuando te lo pida tu cuerpo, entonces ya ha aparecido la fatiga. Puedes perder hasta un 20% de tus posibilidades si estás deshidratado.

- La sudoración crea un estado relativo de deshidratación, si es excesiva y no se reponen inmediatamente los líquidos perdidos, disminuye el volumen sanguíneo y la temperatura interna puede elevarse a niveles peligrosos.

- A más edad mayor peligro representa la deshidratación y los efectos del calor.


- El objetivo principal de la reposición de líquido es mantener el volumen plasmático para que la circulación sanguínea y la sudoración sean correctas.

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¿Qué importancia tienen las bebidas isotónicas para el deportista?


¿Qué importancia tienen las bebidas isotónicas para el deportista?

Bebidas isotónicas

Bebidas con gran capacidad de rehidratación. También se las llama bebidas deportivas.
Entonces, se llama bebidas isotónicas, bebidas rehidratantes o bebidas deportivas a las bebidas con gran capacidad de rehidratación. Incluyen en su composición bajas dosis de sodio, normalmente en forma de cloruro de sodio o bicarbonato sódico, azúcar o glucosa y, habitualmente, potasio y otros minerales. Estos componentes ayudan a la absorción del agua, que es vital para el buen funcionamiento del cuerpo humano y del ser vivo.

 No hay que confundirlas con las bebidas energizantes, ni con las bebidas estimulantes, ya que no contienen sustancias estimulantes. Son bebidas que reponen las sustancias pérdidas durante la actividad física.
Normalmente, las bebidas isotónicas son isotónicas o ligeramente hipotónicas, pues una concentración excesiva de solutos entorpecerá la absorción del agua, incluso en relación al agua sola. Para que esto no suceda los hidratos de carbono no deben superar el 10% de la bebida.

Otros componentes que se han estudiado para mejorar la absorción del agua son: carbohidratos que no incrementen la osmolaridad, o sea que no vuelva la bebida hipertónica y entorpezca la absorción, como la maltodextrina, un polímero de la glucosa con menos osmolaridad; aminoácidos como la glicina, glutamina y la alanina parece que puedan tener una función similar a la de la glucosa en la absorción del agua; también dipéptidos o tripeptidos que reducen la presión osmótica en relación con los aminoácidos.

Otros componentes que se les añaden y que no están relacionados con la mejora en la absorción de agua son: minerales, magnesio y calcio; aminoacidos, pensando más en reponer los que se han degradado; carbohidratos de asimilación lenta para reponer las reservas de glucógeno; vitaminas, si se incluyen, son más recomendables las hidrosolubles( vitamina C y grupo B) ya que el grupo B está relacionado con el metabolismo y el exceso, tanto C como B, se elimina fácilmente con la orina, las liposolubles, son menos recomendables, sobre todo D y A ya que no tiene mucha relación con la actividad física y son más difíciles de eliminar; también se añaden saborizantes y colorantes que solo tiene funciones organolépticas.

Las bebidas isotónicas no son imprescindibles y en actividades de menos de una hora, no presentan prácticamente ventajas respecto al agua, y el resto de solutos( sodio, glucosa, etc) se reponen en la siguiente comida.

Si se quiere ahorrar el precio de una de estas bebidas, uno mismo se puede preparar la famosa limonada alcalina que no tiene nada que envidiar a estas bebidas

Importancia de la hidratación

Una buena hidratación es fundamental para mejorar el rendimiento físico. No hay que esperar a tener sed, porque ésta no aparece hasta que se ha perdido un 1 ó 2% del agua corporal, cuando el rendimiento ya ha comenzado a disminuir.


Lo ideal es tomar la bebida fresca pero no fría (10-15º C), antes, durante y después del ejercicio y en sorbos de 100-150 ml. A mayor sudoración, más agua y sales minerales hay que reponer. Evitemos tomar bebidas con cafeína antes del ejercicio: tienen efectos diuréticos que pueden acentuar la deshidratación. Elaborar en casa una bebida isotónica natural Se puede elaborar fácilmente una bebida isotónica, que saldrá más económica, no contendrá ingredientes artificiales y aportará los mismos beneficios de una bebida comercial.

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miércoles, 19 de junio de 2013

Alimentos prohibidos en el Deporte

Alimentos prohibidos en el Deporte

Hay alimentos que deberías evitar si eres un deportista o realizas de forma activa actividades físicas. Aquí te enumeramos los más perjudiciales…

“Una buena alimentación no hará que un atleta de fin de semana se convierta de la noche a la mañana en campeón olímpico; pero una nutrición deficiente convertirá a un campeón olímpico en un atleta de fin de semana”. Esta frase resume la importancia del plan alimentario en el deporte.

De cualquier manera, la alimentación en quienes realizan deporte, ya sea recreativo o profesional, no sólo ayuda a mejorar el rendimiento, sino que sirve para conservar y/o mejorar la salud.

Bebidas alcohólicas
El alcohol es un arma de doble filo, por un lado, sólo aporta una gran cantidad de calorías vacías (7 calorías por cada gramo ingerido) sin valor nutricional. Por otro, consume vitaminas y minerales para ser metabolizado. Además de dañar el hígado, provocar deshidratación y aumenta la cantidad de radicales libres que dañan a las células. 

Se puede tomar de vez en cuando una bebida alcohólica, preferiblemente una cerveza, una copa de vino tinto o una sidra, que tienen una baja gradación alcohólica y contienen fitoquímicos como el resveratrol de la uva o el lúpulo de la cerveza, que protegen tu salud.

Las mejores copas: vino blanco o rosado (80-90 kcal/100cc) vino tinto (75 kcal/100 cc) sidra (37 kcal/100cc) cerveza (47 kcal/100cc) cava (70 kcal/100cc)

Fiambres
¿Confías en una mortadela con cara de ratón? La mayoría de los fiambres que hay en la charcutería no tienen nada que ver con el cerdo del que dicen se originaron. Los procesos de industrialización han hecho que los fiambres como el jamón de York sea una masa de gelatina de color rosado, rica en azúcares, féculas, sal, fosfatos, etc. y muy poco recomendable para una alimentación sana. Y si realmente te decides a leer la etiqueta de estos productos, descubrirás que no tienen nada de naturales.

Bollería o Pastelería industrial
No te dejes engañar por la publicidad que intenta venderte que los bollos son una fuente de energía para tus músculos con aceites vegetales. Al no ser que pretendas cubrir tus arterias de grasa y hacer de tu cuerpo una central de reserva de los ácidos grasos menos recomendables: los aceites de palma y coco, que aunque son aceites vegetales son un tipo de grasas saturadas, perjudiciales para la salud. Si a esto le añades harinas refinadas, azúcares sencillos y colorantes artificiales, no te quedan muchas razones para disfrutar de un bollo o un pastelito.

Golosinas
Si quieres saber de que están hechas las gomitas, mira su composición: azúcar, glucosa y colorantes. ¿Hay algo más? Pues aparte de calorías vacías y cierta tendencia a la adicción por el dulce, más vale que dejes de visitar la tienda de la esquina e inviertas ese tiempo y dinero en una buena licuadora para hacerte jugos de frutas naturales cada vez que tienes ganas de algo dulce y de colores.

Caviar
Un alimento tan caro no podía ser para todos los días. El caviar auténtico se obtiene de las huevas del esturión, aunque también hay sucedáneos de caviar con huevas de lumpo, capelán o las huevas más grandes y rojas del salmón y trucha. El problema de este alimento de reyes está en que aporta hasta 244 calorías por 100 g en forma de 300 g de colesterol y una gran cantidad de sodio (1.940 g) A no ser que te estés preparando una carrera de ultrafondo y no tengas otro alimento a mano, pocos alimentos aportan tanto colesterol en tan poca cantidad.

Salsas comerciales
Ahora hay salsas embotelladas para todos los gustos, desde la popular mayonesa hasta una bearnesa, ketchup, holandesa, mostaza, napolitana, chutney indio, salsa china, barbacoa, etc. La característica común de todas ellas es su alto contenido calórico, especialmente por su naturaleza grasa. Si además tienes en cuenta los azúcares añadidos, los colorantes artificiales, los aditivos y conservantes, etc. Te conviene hacer la salsa en casa cuando quieras disfrutar de una mayonesa, antes que pasar por ser un conejillo de indias para comprobar como el uso indiscriminado de estas salsas en tu plato, aumenta tu cintura cada mes.

Aperitivos salados
No te despistes, estamos hablando de las papas fritas, snack como palitos, maní o cacahuetes saborizados, nachos, etc. Esas sabrosas y crujientes cosas que aparecen en una reluciente y llamativa bolsa de colores. Si hay que hacer tanto ruido para vender un producto, algo malo debe tener. Sin tener en cuenta que la mayoría no bajan de 500 calorías por100 g, en forma de grasas, está su alto contenido en sodio, no tienen vitaminas ni minerales, pero añaden colorantes artificiales y potenciadores de sabor como el glutamato, que hacen que no puedas comer sólo una. Y es que son productos adictivos, especialmente antes de comer o tomando algo con los amigos, cuando no hay nada que hacer y entra el "gusanillo del hambre" Es preferible tomar unos frutos secos sin tostar naturales, unas pasas, semillas de girasol, palomitas (popcorn, pochoclo) o aceitunas, a sucumbir a un producto artificial.

Gaseosas
Pocas personas son capaces de pedir agua en un bar, pero es una bebida completamente sana. Yo no confío en una bebida cuya fórmula es secreta y no hay nada natural en su composición. La lista de bebidas carbonatadas o refrescos para beber es cada vez más larga, pero si comparas las etiquetas de todas ellas, no se distinguen demasiado. Contienen gas carbónico para obtener burbujas, fosfatos, varios aditivos con la letra E, algunos cafeína como excitante y ácido fosfórico, una sustancia que precipita con el calcio, reduciendo la absorción de este mineral, por lo que puede producir descalcificación. Si además escoges una bebida ligera o "light" añade a la lista de inconvenientes los edulcorantes artificiales que no son recomendables.

Viandas de cerdo
Hablamos del tocino, la panceta, el bacón, la morcilla, y esos productos del cerdo que deberían estar prohibidos por su alto contenido en grasas saturadas, las más perjudiciales para tu salud. Recuerda que nuestros abuelos sólo hacían matanza una vez al año, por lo que no podían disfrutar de estas bombas grasas más que un par de veces al año y aplícate la misma frecuencia.

Salchichas
¿Has mirado alguna vez la composición de una salchicha? Pues comprueba que el contenido en carne no es mucho y esta no es de buena calidad, pero tiene féculas, azúcares, sal, queso, fosfatos, etc. Cualquier parecido con un alimento es coincidencia. Si además escoges las que tienen ketchup, mostaza, etc. Los colorantes y aditivos aumentan, quizás ni tu perro se la coma, adivina porqué.

Comidas preparadas
Esa lasaña lista para calentar al horno, esa tortilla que sólo tienes que sacar del plástico, los palitos de pescado, las empanadas o las croquetas "caseras" que se venden listas para freír, no saben a las que te prepara tu madre ¿será porque no tienen nada de caseras? Estos alimentos son muy cómodos, pero más vale que aprendas a cocinar si quieres disfrutar de una buena alimentación. Contienen más grasa de la habitual (incluso la versión ligera) más sal, más colorantes, más conservantes y la carne o el pescado que contienen, no es de la calidad que tu puedes escoger si haces estas comidas en casa.

Parrillada
Son ricas en alimentos grasos como el chorizo, la panceta, la morcilla, las chuletas, etc. Sin olvidar que la carne chamuscada, contiene benzopirenos, sustancias carcinógenas implicadas en la aparición de tumores.

Sopas de sobre
No hay nada como una sopa calentita en invierno, especialmente si está hecha en casa, porque las sopas de sobre son ricas en sodio y un potenciador del sabor como el glutamato, conocido como sabor umami o quinto sabor. Aunque no está clara su relación con el síndrome del restaurante chino, o la aparición de infartos cerebrales, no hay que olvidar que el glutamato es un neurotransmisor cerebral, y no se debe abusar de esta sustancia.

Azúcar blanco

Si eres una persona golosa, escoge miel, al menos la miel aporta sustancias que ayudan a mejorar tu salud y aporta energía de una forma más natural. El azúcar blanco es en realidad sacarosa (99%) y se obtiene de la caña de azúcar o la remolacha azucarera por un complejo proceso de refinamiento que desnaturaliza el azúcar original. Sólo aporta energía (4 calorías por gramo) y un intenso sabor dulce. El problema está en que al ser un carbohidrato sencillo, se absorbe rápidamente y provoca un aumento de glucosa en la sangre con el riesgo de hipoglucemia posterior. Lo que puede hacer de tu dieta un fracaso o provocarte la odiada "pájara" durante el ejercicio.


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