Cómo modificar hábitos que atentan contra nuestra decisión de bajar de peso
¿Cómo modificar hábitos?
Engordar o adelgazar depende, en gran medida, de la actitud
que tengamos frente a la comida. La forma de elegir los alimentos, el tiempo
que le dedique a la alimentación, la capacidad de incorporar costumbres
saludables y de beneficiar a nuestro cuerpo con actividad física pueden ser
determinantes para despedirse definitivamente de los kilos de más.
Hábitos con efecto a largo plazo
Siéntese siempre a la mesa, especialmente cuando se trata de
alimentos más calóricos. Ya que ha decidido darse un gusto es importante
dedicarle el tiempo y el espacio que merece. Si come rápido, al terminar, las
ganas de ingerir algo rico seguirán intactas.
Lleve los platos servidos a la mesa. Con la fuente frente a
usted será más difícil controlarse.
Destine un solo lugar para comer y evite dejar alimentos
cerca de la cama o los sillones.
Las sobremesas prolongadas o las tertulias familiares pueden
hacerse tranquilamente sin comidas tentadoras de por medio.
Para perder 5 kilos en un año sin hacer dieta sólo deberá
quitar unas 100 calorías de la alimentación diaria. Para lograrlo reemplace la
medialuna del desayuno por una tostada y para ahorrar el doble cambie una
porción de tarta de jamón y queso por una de pascualina.
Muchas veces se retienen líquidos que aparentan ser kilos de
más. Para eliminarlos evite los alimentos que suponen un esfuerzo para el
hígado, como, por ejemplo, el café y el azúcar incluido en la pastelería y las
golosinas. Por el contrario, aumente el consumo de frutas, verduras, agua y
realice actividad física.
También puede recurrir a mezclas de hierbas destinadas a
eliminar naturalmente la retención de líquidos, pero antes de adoptarlas
consulte con su médico para descartar posibles causas orgánicas.
Anote todo lo que come. De esta manera logrará tomar
conciencia de lo que se lleva a la boca y además podrá planificar comidas más
calóricas, que consumirá esporádicamente.
Cada 15 días pese o mida lo que come. Así recordará con
exactitud las medidas adecuadas y evitará que con el paso de los días una
porción se convierta en media.
Nunca deje de desayunar. Es una buena manera de quemar
calorías desde las primeras horas de su día.
Muévase más. La mejor forma de bajar de peso es incrementar
el gasto calórico y para eso basta con salir a caminar todo los días, subir y
bajar escaleras o hacer las tareas de la casa con mayor movimiento. Otra opción
es adoptar un perro: es más barato que contratar a un entrenador personal y la
obligará a sacarlo a pasear varias veces al día.
Jugar con sus hijos también puede ser una excelente forma de
quemar calorías. Retome los patines, la bicicleta y el baile.
Evite usar el coche para ir a cualquier lado, como, por
ejemplo, a hacer las compras de todos los días. Vaya caminado y si viaja en
colectivo bájese dos paradas antes. Todos comen, yo también
No hace falta aislarse ni obligar a toda la familia a hacer
dieta junto a usted. Con algunos trucos podrá disfrutar de comidas deliciosas
con menos calorías.
Si prepara pastel de papas para toda la familia, hágalo sin
aceite y reserve un sector de la fuente para cubrirlo con puré de calabazas en
lugar de papas.
Prepare distintas guarniciones para acompañar un plato
principal. Por ejemplo, si hizo un pollo al horno acompáñelo con trocitos de
zapallo, ajíes, cebollas y papas para el resto de la familia.
Cuando decida disfrutar de un plato de pastas, recuerde que
puede disminuir su contenido calórico si las acompaña con una salsa hecha sin
grasas y algunas verduras salteadas con rocío vegetal y gotas de caldo. Eso sí,
evite servirlas con queso rallado.
Al preparar pizza no se exceda con el queso y utilice para
las cubiertas rodajas frescas de tomate, cebollas desflemadas, morrones asados
y poca cantidad de Mozzarella descremada rallada. Si piensa utilizar algún
fiambre prefiera el jamón desgrasado.
Si va a tomar helado fuera de su casa prefiera aquellos
elaborados en base de agua y frutas en lugar de los de crema, que tienen el
doble de calorías.
Adiós a los ataques de hambre
• Tome mucho líquido en el día. Al menos dos litros. Esto no
sólo le servirá para hidratarse, sino que también le ayudará a bajar de peso,
ya que muchas veces se confunden la sensación de hambre y de sed. Además ocupa
un lugar en el estómago que podría ser ocupado, si no, por alimentos con más
calorías.
• Mientras cocina tenga a mano alguna taza de sopa caliente
de verduras, pickles, trocitos de apio, bastoncitos de zanahoria, tomate con
albahaca o daditos de manzana verde. Así dejará de lado la costumbre de probar
lo que cocina.
• La fibra brinda sensación de saciedad. Por eso, incluya
vegetales o pan integral en sus almuerzos o desayunos.
• Para evitar la tentación mientras prepara la merienda de
los chicos, en lugar de cocinar tortas o budines, cómprelos hechos y así sólo
tendrá que cortarlos o servirlos.
• Hablar de lo que no puede comer sólo le dará más hambre.
Que la comida no sea su único tema de conversación.
• Al llegar a casa después de un día de trabajo ponga el
agua para tomar un caldo caliente y dése una ducha. Cuando salga se olvidará de
la idea de abalanzarse sobre la heladera a comer cualquier cosa sin pensar.
• Coma algo antes de salir de compras, ya que es muy difícil
elegir bien y no tentarse con dulces o snacks.
• Un plato de sopa liviana o una ensalada de hojas antes de
la comida le ayudarán a reducir el apetito y la cantidad de alimentos que
comerá luego.
• No se prometa no tocar nunca más un alfajor o una torta.
Propóngase un límite razonable de una o dos veces por semana para incluir
alguna pequeña porción de estos alimentos.
• Para los momentos en que necesita desesperadamente comer
algo dulce tenga siempre en la heladera gelatina dietética para poder comerla
sola o mezclada con frutas picadas, yogur del mismo sabor o crema light.
• Que un alimento sea considerado bajo en grasas no quiere
decir que pueda comerse sin límites. Si come un súper plato de puré de zapallo
no bajará de peso. En cambio, con una pequeña porción de puré de papas, se dará
el gusto y estará adelgazando.
• Compras inteligentes. Haga una lista con todo lo que
necesita comprar. Así caminará lo menos posible entre las góndolas.
• Deténgase, en cambio, ante las verduras y frutas frescas
para poder apreciar las de estación y las más novedosas servirán para variar su
alimentación.
• Lea siempre las etiquetas de los envases. De esta forma
podrá elegir los alimentos más livianos, como, por ejemplo, mayonesas bajas en
grasas, salchichas light, galletitas dietéticas y quesos hipocalóricos.
• Prefiera los cortes de carne que sean más magros: nalga,
bola de lomo, peceto, lomo y cuadril. Con ellos podrá preparar todo tipo de
recetas, incluso asado o brochettes con carne y verdura. Si compra comidas
preparadas y le cuesta controlarse, lleve pequeñas cantidades siempre menores a
un kilo.
Comiendo fuera de casa
Si tiene que estar muchas horas sin comer nada, consuma una
buena cantidad de líquidos, yogur descremado y licuados. Tendrá menos hambre y
no estará pensando en lo que va a comer luego.
Cuando sienta ganas de comer algo que engorda, comparta la
porción y acompáñela con ensaladas, panaché de verduras o palmitos con limón.
De postre elija entre una copa de frutillas con poca crema, una manzana asada
con Marsala o una macedonia de frutas.
Prefiera los sándwiches de pan árabe con bastante verdura
como tomates, lechuga, pepinos frescos o en vinagre o rúcula. En lugar de
embutidos grasos elija fiambre de pavo magro, lomito ahumado, jamón desgrasado
o bien carnes frías, como pollo, pavita, peceto o pastrón.
En los kioscos puede comprar yogures descremados, ensaladas
de fruta o barritas de cereales bajas en grasa. También puede comer alguna
salchicha sin el pan o bien pedir en una confitería un licuado de fruta y agua
o leche sin azúcar.
Si se lleva la comida de casa envuelva rollitos de jamón o
bastoncitos de queso. En un recipiente, tenga trocitos de manzana rociados de
jugo de limón que le servirán para sacarse el hambre a media mañana o a media
tarde.
Métodos de cocción más sanos
• Cambie el aceite por spray vegetal y utilice recipientes
antiadherentes para minimizar el consumo de grasas.
• En los platos al horno añada una taza de caldo mezclado
con la misma cantidad de vino tinto o blanco. Evitará el uso de aceite y el
resultado final será más rico y liviano.
• La cocción a la sal es otro de los métodos que puede
emplear para evitar las grasas en las preparaciones al horno.
• Envuelva los alimentos en papel manteca o aluminio.
Tendrán mucho más sabor.
• Otra opción son las marinadas: deje la carne durante un día
en una mezcla de vinagre y hierbas aromáticas o vino con especias. Guárdela en
un recipiente con tapa dentro de la heladera.
• Reemplace cada huevo por dos claras. Reducirá la cantidad
de grasas sin alterar el resultado final.
• Retire la piel del pollo antes de comenzar la cocción y
para evitar que la carne se seque cúbrala con rodajas de manzana o con fetas de
jamón magro.
• Una forma de desgrasar los alimentos es preparar algunos
de ellos con un día de anticipación. Así la grasa se solidifica y se puede
retirar con facilidad antes de calentar.
• Para dar buen sabor a los alimentos sin necesidad de
exagerar el uso de aceites, cremas o mantecas agregue hierbas aromáticas y
especias. Así tendrá distintos sabores en un mismo plato.
• Al elegir las verduras para una ensalada recuerde que las
de hoja, el tomate, las coles y los zapallitos rallados tienen la mitad de las
calorías que la zanahoria, remolacha, palmitos y calabaza. Por lo tanto puede
comer el doble de las primeras sin temor a engordar.
Ocasiones especiales y fiestas
Si recibe gente a cenar coloque una bandeja con flores y
frutas en el centro de la mesa. De esta manera podrá distraer su atención de
otras comidas que servirá.
Consuma poco alcohol y prefiera la sidra, el champagne seco
o los vinos y cervezas livianas. Recuerde que cuanto más dulce o de más
graduación alcohólica sean las bebidas, más calorías tendrán.
Cuando sirva una picada agregue tomatitos cherry,
champiñones con ajo y perejil, palmitos, pickles, bastoncitos de apio y zanahorias
crudas, cubitos de carnes frías, de paleta desgrasada y de quesos magros. Podrá
así evitar los palitos, papas fritas y otros ingredientes súper calóricos.
No ayune antes de ir a una fiesta ni se programe un ayuno
posterior dándose tácitamente el permiso para comerse todo durante la reunión.
Tenga un almuerzo y una merienda liviana antes de la ocasión.
Una vez en la fiesta, evite las primeras bandejas, ya que es
imposible conseguir algo que sea liviano y, además, una vez que comenzó a comer
pan es imposible poder contenerse con el resto de los alimentos. Elija en
cambio quesos y fiambres magros y ensaladas si las hubiera. Retire las salsas y
controle las guarniciones del plato principal. Coma moderadamente para darse un
gusto y poder elegir alguna pequeña porción de postre.
Si se excedió en las comidas descarte el ayuno. Las frutas,
el yogur y mucho líquido le servirán para limpiarse por dentro.
Reemplazos que achican calorías
• Comience con un reemplazo paulatino en sus recetas
habituales y podrá reducir cientos de calorías. Los resultados se verán
enseguida.
• Reemplace el aceite como condimento de ensaladas por una
mezcla de yogur natural descremado, mostaza, sal, pimienta y una pizca de
mayonesa dietética. Así ahorra la cantidad de calorías equivalente a un alfajor
o a un bocadito de dulce de leche.
• Eligiendo un producto de menos calorías usted puede darse
el lujo de suplantar esa diferencia en calorías con algún alimento que usted
extrañe. Cada 100 gramos de mayonesa dietética usted se ahorra el equivalente a
una porción de tallarines con salsa y queso rallado.
• En los postres, cambie la crema Chantilly por quesos
blancos bajos en grasas batidos con azúcar o edulcorante y esencia de vainilla.
• La salsa blanca se puede preparar con leche descremada
mezclada con poca fécula, sal, pimienta y nuez moscada. Queda con la misma
consistencia y tan rica como la tradicional.
• Prepare copas heladas con cremas bajas calorías y espolvoréelas
con copos de maíz inflado sin azúcar. Como salsa mezcle yogur descremado con
gotas de su licor preferido y cacao dietético.
• “Estire” los alimentos. No es lo mismo comer un trozo de
queso de 50 a 60 g que al rallarlo parece insignificante que gratinarlo sobre
las verduras. Lo mismo ocurre con 200 g de carne vacuna, que puede ser un
bifecito o transformarse en un abundante plato si se combina con vegetales en
una cazuela.
• La fibra brinda sensación de saciedad. Por eso, incluya
vegetales o pan integral en sus almuerzos o desayunos.
• Coma algo antes de salir de compras, ya que es muy difícil
elegir bien y no tentarse con dulces o snacks.
Pedidos o consultas a:
mejora-tuvida-hoy@hotmail.com
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