¿Qué jugos curan o fortalecen la salud?
Los zumos o jugos, fuente de salud
El cuerpo humano necesita de 8 a 10 vasos
de agua cada día. Mucha gente toma gran parte de este líquido en forma de café,
té, refrescos o alcohol, estimulantes que son antidietéticos por naturaleza.
En
cambio, los zumos naturales son saludables y revitalizantes.
En el libro "El poder de los
zumos", su autor, Jay Kordich -a quien una dieta fundamentada en ellos lo
ayudó a sanar de una grave enfermedad- Afirma que incluir los zumos en la
alimentación “mejora el sistema cardiovascular, aumenta el rendimiento físico,
baja la presión sanguínea, favorece el sueño por la noche e incrementa las
energías”.
Fácil asimilación
Una de las ventajas fundamentales de la
ingesta de zumos es que cuando se toman se elimina un proceso digestivo: la
extracción del líquido de las fibras.
Al comer hortalizas y frutas frescas, el
cuerpo extrae de la fibra en forma de líquido lo que necesita.
La licuadora
ahorra trabajo al organismo ya que separa el zumo de las fibras, de manera que
el cuerpo recibe la máxima cantidad de sustancias nutritivas en pocos minutos.
Un aspecto clave es que el zumo que se
extrae de la licuadora es diferente del envasado que se vende en los
supermercados, ya sea concentrado o no.
En primer lugar, es absolutamente
fresco, lo cual es primordial dado que las sustancias nutritivas pierden muchas
de sus propiedades al poco tiempo de haberlas licuado. Además, el zumo natural
no está pasteurizado, esto es, cocinado, por lo que conserva vivas todas las
células básicas para la salud.
Por último, los zumos naturales son puros, sin
aditivos ni conservantes.
¿Batidora=licuadora?
Con frecuencia, las personas tienen un
concepto equivocado del papel que desempeña una licuadora.
Se plantean: ¿Por
qué no se pueden poner las frutas en una batidora o en un minirrobot de cocina?
La respuesta es sencilla. La batidora y el minirrobot convierten los alimentos
en un puré que no es más que la versión líquida de la fruta o la hortaliza
entera. La licuadora, sin embargo, extrae los zumos de la fibra.
Un dato: una taza de zumo de zanahoria
contiene el equivalente nutritivo de cuatro tazas de zanahoria cruda troceada.
Los zumos que se toman inmediatamente después de prepararse contienen casi el
95% del valor nutritivo de la fruta o la hortaliza y proporcionan de inmediato
el alimento al cuerpo liberándolo al torrente sanguíneo.
Zumos de hortalizas
Cuando una persona adquiere una licuadora
lo primero que suele hacer es prepararse zumos de fruta.
Ciertamente, no hay
nada más sabroso que un zumo de manzana recién exprimido. Ahora bien, existen
unas cuantas razones que aconsejan que los zumos se hagan sobre todo con las
hortalizas y que las frutas, sin renunciar a tomarlas en zumos, se coman
también enteras.
En primer lugar, las hortalizas son más
difíciles de digerir cuando se ingieren enteras. Son más pesadas y se descomponen
con mayor lentitud que las frutas. Por otro lado, las verduras son los pilares
de la vida, las responsables de que los músculos, los tejidos, las glándulas y
los órganos se mantengan fuertes y sanos. Al tomar zumos de hortalizas, el
cuerpo recibe casi el 100% de los nutrientes que contienen.
Por último, las
frutas contienen mucha pectina, que ayuda a la digestión y regula el
funcionamiento del organismo.
La pectina se absorbe mejor cuando se come la
fruta entera.
Los alimentos frescos, no cocinados, ayudan
al cuerpo a eliminar toxinas y le permiten renovar fuerzas y energías; hacen
que la piel se mantenga tersa, el cabello brillante, el aliento fresco y que
todo el organismo esté bien regulado; los resfriados y las gripes disminuyen;
los dientes son menos propensos a las caries y las encías a sangrar.
Algunas
investigaciones han demostrado que el betacaroteno-una sustancia presente en
algunas hortalizas- es esencial para la prevención de muchas enfermedades, ya que
actúa como antioxidante y neutraliza las moléculas perjudiciales conocidas como
radicales libres. De este modo, protege las características genéticas de cada
célula, lo cual se traduce en una menor posibilidad de que se desarrollen
tumores malignos.
Algunas verduras con betacaroteno son la zanahoria, el
brécol, el repollo, la coliflor, espinacas, coles, berro, rutagaba...
Papaya, piña y tamarindo son los
ingredientes estrella de una dieta muy tropical. Son ideales para rebajar la
antiestética despensa de grasa que se hace fuerte en determinadas zonas, forma
parte de las llamadas dietas exprés, lo que supone que hay que practicarla con
mesura y en cortos períodos de tiempo.
Las dietas de zumos se prodigan por todos lados para bajar de peso en corto período de tiempo. Además,
suelen aportar como ventaja añadida un saludable efecto depurativo. Sin
embargo, habrá que extremar las precauciones a la hora de elegir las frutas y
la cantidad a ingerir porque un exceso de azúcar puede conllevar un aumento de
peso.
La piña, la papaya y el tamarindo conforman
un eficaz trío que ataca directamente al volumen adipocitario que toma asiento
en las zonas conflictivas en forma de reserva grasa. Escasas en calorías y muy
saciantes, no sólo propician una rápida pérdida de peso sino que sirven para
eliminar toxinas y depurar el organismo.
Su capacidad para reducir centímetros de
más radica en que la papaya y la piña ejercen como movilizadores del tejido
graso, al tiempo que el tamarindo despliega su poder para quemar ese exceso de
grasa a nivel celular.
Movilizadores del tejido graso
Las células adiposas son auténticos
almacenes de grasa. En su insaciable capacidad de acopio pueden multiplicar
hasta por diez su tamaño, lo que se traduce en un aumento de peso y de volumen.
La batalla antigrasa se libra a nivel calórico con una reducción drástica de la
ingesta de calorías, santo y seña de toda dieta de zumo que se precie.
En este sentido, la piña y la papaya
contienen todo un arsenal de enzimas biocatalizadoras que actúan como
movilizadores del tejido graso y del tejido conjuntivo. Ambas potencian el
drenaje de sus zonas esclerosadas, donde las retracciones de la dermis dan paso
a la característica piel de naranja y a las alteraciones del retorno venoso.
Efecto quema-grasa
El objetivo de esta dieta de zumo tan tropical
es reducir el cúmulo de grasa. Tras la acción movilizadora de la piña y la
papaya, el rico tamarindo incorpora en su composición ácidos que tienen poder
para quemar el exceso de grasa. Todo ello gracias a su estelar intervención en
el ciclo del ácido cítrico que tiene lugar en el interior de la célula.
Una dieta a base de zumos implica un ahorro
energético. De esta forma, el organismo puede utilizar la energía en otras
funciones más saludables, como reparar, desintoxicar, normalizar y revitalizar
los tejidos. Además, durante su seguimiento disminuye el apetito de forma
progresiva y el cuerpo busca la energía (glucosa) en los depósitos de
triglicéridos almacenados en los adipocitos.
Bajar entre 2 y 5 kilos
Esta dieta de zumo de entre 3 y 7 días de
duración posibilita una pérdida de entre 2 y 5 kilos, dependiendo del peso
inicial. Supone la ingestión exclusiva de zumos de piña, papaya y tamarindo,
aunque no deberán rebasarse los dos kilos diarios de fruta. Su espartano menú
se acompaña con agua, así como con infusiones relajantes de naranjo amargo,
manzanilla o melisa para antes de dormir.
Sus mejores destinatarios son aquellas
personas que gozan de una salud de hierro, ya que puede generar estados
carenciales. Por otro lado, se recomienda abstenerse de sus antigrasos favores
a embarazadas, diabéticos insulinodependientes e individuos sometidos a un
tratamiento médico continuado.
Cómo Mezclar los Zumos
La excepción al ‘todo vale’ son los zumos
de verduras. Estos zumos ‘verdes’ se deben mezclar con los más suaves y
gustosos, como el de zanahoria o manzana -de lo contrario es probable que se
sufra algún malestar gástrico-. Salvo esta excepción, los zumos de frutas y
hortalizas no se mezclan.
Masticar el Zumo
Cuando se beba un zumo de verduras debe
masticarse. Esto significa pasarlo de un lado a otro de la boca hasta notarlo
más tibio y más dulce. Este movimiento y el propio alimento activan las enzimas
digestivas de la saliva.
Consejos en torno a la dieta de zumo
La dieta de zumo de piña, papaya y tamarindo
aporta vitaminas, minerales, aminoácidos e hidratos de carbono. También fibra,
grasa y proteínas en dosis ínfimas. Resulta muy eficaz para adelgazar, pero su
problema es la falta de proteínas, por lo que se recomienda no prolongarla más
allá de lo recomendado (entre 3 y 7 días).
Su drástica estrategia obliga al organismo
a buscar la energía en los tejidos grasos, que además de acumular depósitos
tóxicos son depositarios de una reserva hormonal. Por esa razón se recomienda
mantener los tejidos en un buen estado de hidratación mediante la ingestión
diaria de unos dos litros de agua, a ser posible mineral. La deshidratación
puede acarrear cansancio y cefaleas. También se aconseja ingerir suplementos
ricos en vitaminas B y C.
Preparar un zumo de Zanahorias
El zumo de zanahorias se toma crudo en
cantidades que varían entre 50 y 400 gramos al día. Lo primero es limpiar las
zanahorias de polvo e impurezas metiéndolas en agua. A continuación se raspa su
superficie con un cuchillo sin pelar la piel. En ella es donde existe una mayor
concentración de carotenos o vitamina A.
Pasando un kilo de zanahorias por la
licuadora se saca alrededor de un cuarto de kilo de zumo. Este se puede diluir
en agua y añadirle miel y limón. También es muy recomendable la mezcla del zumo
con el de naranjas recién exprimidas.
Zumo de limón para los huesos
La cáscara de los huevos de color blanco es
un verdadero almacén de minerales como el calcio, bicarbonatos y otras
sustancias que pueden colaborar de forma decisiva a fortalecer los huesos.
Además de la elevada cantidad de ellos que nos aportan, destaca su elevada
calidad.
Para obtener estos minerales le proponemos
un sencillo remedio que puede practicar tres veces por semana y una semana de
cada mes. Lo primero que hay que hacer es limpiar bien la cáscara de un huevo
blanco. Una vez limpio se introduce en un vaso y acto seguido se debe llenar el
vaso con zumo de limón, utilizando una cáscara del limón para colocarla encima
del huevo y sumergirlo dentro del zumo. Esta mezcla debe reposar durante toda
la noche y a la mañana siguiente se saca el huevo con una cuchara, colamos el
líquido y se ingiere durante el desayuno, lentamente.
La Licuadora
En el mismo momento en que alguien se
decida explorar el mundo de los zumos, algunos utensilios de la actual cocina
le parecerán objetos obsoletos, mientras que otros adquirirán un nuevo
significado. Por ejemplo, el horno microondas se llenará de polvo, mientras que
la heladera se convertirá en el nuevo punto focal.
La licuadora es la estrella de la cocina
natural. Se debe colocar en la encimera, preferentemente cerca del fregadero,
en un área despejada. Es utensilio caro pero, si se tiene en cuenta el provecho
que se le puede sacar, su precio resultará ínfimo.
La diferencia de precios entre los
distintos modelos se fundamentará en el tamaño del motor. Pero lo esencial es
que tanto éste como la cuchilla tengan la suficiente fuerza como para funcionar
eficazmente con grandes cantidades de piel, tallos y cortezas. Además, no debe
pesar demasiado -entorno a cinco kilos-, y debe estar diseñada para que puedan
prepararse varios zumos sin tener que desmontarla y limpiarla cada vez.
El
recipiente debe estar ligeramente inclinado para que, cuando se introduzcan los
alimentos en el conducto, el zumo se deslice por la rejilla y la pulpa resbale
y salga por la parte posterior.
Las mejores rejillas y cuchillas son las de
acero inoxidable; la pulpa debe juntarse en un gran depósito -preferiblemente
exterior- para no tener que retirarlo cada vez que se acumula demasiada.
Pedidos o consultas a:
mejora-tuvida-hoy@hotmail.com
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