Científicos de la Universidad de Australia del Sur se preparan para realizar ensayos clínicos en humanos de un nuevo tipo de dieta basada en la adición de sílice porosa a los alimentos. Esta es arena purificada con fracciones de cierta forma y estructura, que afectan la digestibilidad de grasas, glucosa, carbohidratos y otras sustancias durante la digestión.
Los científicos admiten que si bien no comprenden completamente el funcionamiento de este mecanismo, la verdad debería revelarse en una serie de experimentos.
El concepto se propuso en 2014, cuando se descubrió que agregar arena a la comida grasosa para los roedores de Guinea evita que aumenten de peso.
La sílice porosa, también llamado polvo inteligente, sirve como una especie de trampa para las enzimas que necesitan descomponer las grasas, por lo que se reduce la eficiencia de este proceso. Como resultado, los animales disfrutan de alimentos ricos en calorías y sabrosos, pero la grasa se desperdicia en lugar de acumularse en el cuerpo.
Los primeros experimentos mostraron que la adición de arena purificada no crea una carga adicional para el sistema digestivo, es segura para el cuerpo. El problema es diferente: la estructura porosa de los granos de arena es muy diferente. La forma de los granos de arena, el potencial de absorción y la composición química de la superficie, pueden atrapar diferentes tipos de enzimas. Además, los granos de arena pueden absorber fragmentos de alimentos digeridos y no digeridos antes de que entren en el torrente sanguíneo.
Por el momento, ya está claro que no será posible crear un absorbente "ideal" a partir de arena, es necesario seleccionar un cierto complejo de granos de arena con diferentes propiedades para que puedan absorber todo tipo de sustancias necesarias. O viceversa, aprenda a formar tales composiciones de filtros de arena que se convertirán en la base de una dieta para pacientes específicos. Para eso están los ensayos clínicos en humanos.
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