Cómo saber si mi placer por la comida es una adicción
¿Eres un Adicto a la Comida?
La adición a la comida, como cualquier otra adicción, es una
pérdida de control...
Aunque la sociedad y la clase médica han comprendido
eficientemente el alcoholismo y el abuso de drogas, solo en años recientes hay
igual aceptación al hecho de que las personas puedan ser adictas a la comida de
la misma manera.
Cuando cualquier sustancia es ingerida por el cuerpo sin
importar su potencial daño o el exceso de necesidad que el cuerpo tiene por
ella, se dice que esa sustancia es abusada.
Los individuos que abusan de estas
sustancias de esa forma, son adictos. Estas personas se vuelven
psicológicamente y mentalmente dependientes de ciertas sustancias, en este caso
la comida.
Como determinar mi adicción:
Si puedes responder afirmativamente a cualquiera de estas
preguntas es muy probable que seas adicto a la comida.
¿Comes cuando no tienes hambre o cuando te sientes triste o
deprimido?
¿Comes en secreto o comes de manera diferente cuando estas
solo que cuando estás en frente de otros?
¿Consumes cantidades inusuales de comida y luego te purgas
con vómito o laxantes para deshacerte del exceso?
¿Hay alimentos que son dañinos para ti, pero los comes de
todas formas?
¿Te sientes culpable luego de haber comido?
La Adicción a la comida es un problema que puede llegar a
convertirse en enfermedad.
Se produce cuando aparece obsesión por la comida, el
peso y la imagen corporal, y es similar al alcoholismo o la drogadicción,
aunque, en principio, no tiene consecuencias tan graves.
El problema de las personas adictas a
la comida es que no pueden eliminar el causante, pues una persona alcohólica o
adicta a las drogas puede dejar de serlo si no vuelve a probar el alcohol o las
drogas, pero cuando los alimentos se convierten en una droga, no se puede dejar
de comer para siempre, por lo que las tentaciones están siempre a la vuelta de
la esquina.
Para evitarlo, hay que aprender a diferenciar los alimentos
más adictivos de los menos, y seguir una alimentación sana y equilibrada para
no tener carencias y evitar otras obsesiones relacionadas con la comida, pues
estas personas pueden desarrollar bulimia, anorexia, vigorexia, ortorexia, etc.
Todo tipo de trastornos psicológicos relacionados con los alimentos.
Causas y Manifestaciones
En la adición a la comida, el individuo entiende que su
manera de comer es dañina, pero continúa con el comportamiento destructivo.
Este fenómeno es tanto psicológico como fisiológico.
Muchos individuos tienen lo que puede ser denominado como
“alergias alimenticias”. Estas son comidas que cuando se ingieren provocan
síntomas negativos y cambios en el cuerpo, pero al mismo tiempo provocan
deseos. Por ejemplo, el individuo diabético, podría “enfermarse” por el consumo
de azúcar, pero seguirá deseándola y comiéndola en exceso, con efectos
adversos.
Los estudios continúan observando ciertas proteínas en la leche y el
trigo que cuando se ingieren producen efectos similares a los de los
narcóticos. Estos químicos imitan los supresores del dolor naturales,
endorfinas, y que han sido llamadas “exorfinas”.
Es posible que los individuos
que padecen depresión, baja-autoestima o soledad; encuentren alivio cuando
ingieren una alta cantidad de ciertos alimentos tales como la sal o el
chocolate. El inmediato bienestar desaparece dando paso a una sensación de
enfermedad o de culpa, conduciendo a más depresión.
Debido a que el adicto está
fuera de control, volverá una vez más al mismo patrón de alimentación en un
esfuerzo, consciente o inconsciente, por sentirse mejor.
Los adictos a la
comida provienen por igual de todas las edades, razas y géneros. Estos pueden
tener sobrepeso, bajo peso y algunos peso normal. Todos ellos están unidos por
su obsesión con la comida.
Los individuos obesos sufren humillación debido al
exceso de peso; pueden ser aletargados y sedentarios, incapaces de de moverse
con libertad.
Las personas con bajo peso pueden ser bulímicas; aunque comen
obsesivamente, están tan temerosas de padecer sobrepeso que se inducen al
vómito, toman laxantes o ejercitan compulsivamente para evitar ganar peso.
También podrían alternar con periodos de anorexia, absteniéndose de los
alimentos con el fin de controlar su peso, pensando constantemente en qué comer
y en cuánto pesan.
El tema de los alimentos es una miseria para estas personas;
cuentan calorías compulsivamente, comiendo sin disfrutarlo.
Recuperación a conciencia
La Adicción a la comida es una condición seria con muchos
efectos adversos para la salud. Obesidad, trastornos psicológicos, diabetes y
unas pocas anomalías gástricas. Por supuesto, el primer paso para la
recuperación es la concientización y aceptación del problema. Médicamente, los
individuos deben identificar cuales alimentos —los alimentos detonadores—
provocan los síntomas y deseos.
Hay alimentos a los que no podemos resistirnos, tanto que a
veces no sabemos parar y acabamos con un atracón, dolor de barriga y la solemne
promesa de no volver a probarlos nunca más… hasta que recaemos y volvemos a
caer sin control.
Hay comidas que enganchan, alimentos a los que no podemos
resistirnos y por los que tenemos una especial predilección, como el chocolate,
el queso, los dulces, las hamburguesas, etc. Estos alimentos nos hacen
sentirnos culpables y rompen nuestra fuerza de voluntad, pero hay una
explicación médica a esta reacción, son alimentos que estimulan los centros
cerebrales, contienen sustancias químicas capaces de producir diferentes
sensaciones de placer y bienestar, por eso somos más sensibles a las
tentaciones cuando tenemos un día malo, mucho estrés o estamos bajos de moral.
Alimentos adictivos: ¿Quién es quién?
Hay alimentos que actúan produciendo efectos en el cerebro
como lo hacen las drogas.
Algunos tienen efectos estimulantes como el chocolate
y actúan sobre los centros del placer y bienestar, otros, en cambio, son
relajantes como los dulces e inciden en los receptores opiáceos.
Hay alimentos
más adictivos que otros y personas más sensibles a estos.
En general los
hombres son más vulnerables a la tentación de la carne, mientras las mujeres no
resisten el dulce, pero no siempre es así. Sea cual sea tu perdición, cualquier
alimento puede volverse una droga cuando pierdes el control y quieres tomarlo
todos los días, hasta una sosa lechuga tiene sustancias relajantes parecidas a
los opiáceos que pueden causar adicción.
Chocolate.
Uno de los alimentos más populares en el mundo,
placer de los dioses y misterio para los bioquímicos neuronales, pues produce
numerosos efectos que están siendo estudiados.
El chocolate tiene una gran
cantidad de sustancias químicas que influyen en varios receptores neuronales,
desde sustancias similares a los cannabinoides de la marihuana a compuestos
similares a las anfetaminas.
Su principal acción es energizante y estimulante,
por su contenido en cafeína y teobromina, pero también puede calmar la ansiedad
por ser rico en hidratos de carbono y grasas vegetales, y evitar la depresión
gracias a la feniletilamina, una sustancia que provoca la misma sensación que
el enamoramiento.
Quesos y leche.
Después del chocolate, el queso es uno de
los alimentos que más adictos produce.
Los lácteos son uno de los alimentos
imprescindibles en la alimentación diaria, pues nos aportan proteínas de alta
calidad y calcio, y a pesar de su contenido en grasas saturadas, cada vez hay
más estudios que demuestran que la leche ayuda a mantener el peso, y que las
personas que no toman lácteos tienen más grasa corporal.
Curioso, pero es que
la leche no es sólo grasa, el calcio de la leche y algunas sustancias como el
CLA (ácido linoleico conjugado) que contiene la leche de las vacas alimentadas
con pasto natural, ayudan a eliminar la grasa y a prevenir la obesidad.
En los
bebes lactantes la leche materna contiene muchas sustancias con efectos
psicológicos, algunas de ellas producen seguridad, sueño y un vínculo especial
con la madre.
Cuando vamos creciendo es costumbre tomar un vaso de leche
caliente antes de dormir. La razón está en que la caseína, una de las proteínas
de la leche, al ser digerida produce unos péptidos de naturaleza opioide,
conocidos como casomorfinas, que favorecen el sueño.
En los quesos, la cantidad
de caseína es mucho más concentrada.
En la adicción a los lácteos también
intervienen factores como su sabor y la gran cantidad de variedades que hay en
el mercado. Este placer del buen gourmet no tiene problema, salvo cuando nos
volvemos adictos a estas exorfinas en situaciones de ansiedad o estrés.
Añadir
queso a todas las comidas o tener deseos de tomar queso, puede estar
relacionado con la necesidad de calma y tranquilidad ante situaciones
estresantes o cuando no podemos controlar nuestra ansiedad. Por esta razón los
fabricantes de comida ofrecen variantes con queso de sus productos, porque
saben el "enganche" que produce.
Café y té.
La cafeína es un estimulante natural que ayuda a
mantener la actividad y la vigilia.
La mayoría de las personas necesitan café,
té y bebidas con cafeína (guaraná, colas, etc.) para levantarse, y se vuelven
dependientes de estas bebidas en cualquier momento de "bajón".
Como
todo, no tiene problema si lo consumes con moderación.
Es típico que se tomé
café o té antes de una competición para poner "chispa" en la carrera.
Pero ten en cuenta que si tomas demasiada cafeína, no sólo tendrás adicción,
también acabarás con problemas físicos (ansiedad, alteraciones del ritmo
cardiaco, hipertensión, etc.)
Si necesitas cafeína para mantener tu ritmo
diario, puede que haya llegado la hora de plantearse un cambio, bajando el
ritmo.
Pedidos o consultas a:
mejora-tuvida-hoy@hotmail.com