jueves, 11 de julio de 2013

Alimentación y vejez prematura: ¿Van de la mano?

Alimentación y vejez prematura: ¿Van de la mano?

Especialistas advirtieron que los hábitos alimentarios son un factor clave en los daños al ADN. Cómo evitar los radicales libres
Alimentación y vejez prematura: ¿van de la mano?
Una de las teorías que pretende explicar el proceso de envejecimiento es la teoría de los radicales libres.

Estos son compuestos que se comportan como toxinas en nuestro cuerpo afectando cada una de nuestras células. Se generan de forma natural en nuestro organismo, pero cuando llevamos una dieta inadecuada o tenemos malos hábitos, los radicales libres aumentan y pueden generar un aumento del estrés oxidativo.

El concepto de "ambiente" es extremadamente complejo y amplio, son muchos los factores que influyen en el daño celular y va desde el hábito de fumar, estar expuesto a radiaciones, hacer ejercicio extenuante, estar expuesto a toxinas, entre otros.

Pero la ingesta de alimentos es el factor ambiental al que todos estamos permanentemente expuestos durante toda la vida. Por ello, los hábitos alimentarios son un factor ambiental clave para la modulación de la expresión génica.

Por ejemplo, los daños al ADN se aceleran por estresores oxidativos tales como un alto contenido de grasa en la dieta, aditivos artificiales, metales pesados, alimentos a los cuales presentamos intolerancias, etc.

Por el contrario, nutrientes antioxidantes y fotoquímicos mejoran la reparación del ADN y reducen los daños oxidativos del mismo.

Podemos adecuar nuestra dieta para prevenir la formación excesiva de radicales libres aumentando el consumo de alimentos antioxidantes. Ellos se encuentran principalmente en  verduras, semillas, frutos secos, vino tinto, arándanos, frutos rojos, las crucíferas (es importante consumir 3 veces por semana coles, repollo, brócoli, repollitos de Bruselas).

Algunas sugerencias para tener en cuenta

• La alimentación debería  ser abundante en ácidos grasos omega 3 (consumiendo si es posible más de tres raciones de pescado a la semana, como salmón, atún, caballa, etc.).

• Seguir una dieta baja en azúcar y carbohidratos eliminando pan blanco, espaguetis, tortas, helados, productos de panadería. Los glúcidos también contribuyen a aumentar el proceso de envejecimiento.

• Evitar el gluten en aquellos pacientes con trastornos intestinales, inflamación, colon irritable, etc. Habrá que elegir arroz, quínoa, amaranto, maíz y otros cereales menos industrializados y no manipulados por el hombre.

• Para garantizar una ingesta adecuada de sustancias antioxidantes protectoras habrá que garantizar el consumo de tres piezas de fruta al día y dos raciones de verduras u hortalizas.

• Convendría evitar en lo posible el consumo de tabaco y alcohol. Recordemos que el alcohol es un tóxico y se comporta como tal.

• Escoger agua, jugos naturales, té verde sobre las gaseosas.

• Para cocinar escoger el aceite de oliva evitando las mantecas margarinas que son altas en grasas saturadas y trans grasas.

• Consumir alimentos sin químicos, orgánicos, integrales, no procesados, no enlatados.

• Consumir huevos orgánicos.

• Si se consume carne escogerla de ganado de pastoreo sin grasa, pollo o pavo alimentados en forma natural quitando la piel para cocinar.

• Evitar alimentos muy cocidos, quemados, asados, la costra que se forma contiene sustancias muy irritantes para la mucosa intestinal.


Asesoró: licenciada en Nutrición María Cecilia Ponce (MN 3362), nutricionista de Laboratorio ALCAT Argentina.

Artículo extraído de Infobae

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